Mi nombre es Victoria y mi vida va más allá de las etiquetas

Mientras cursaba el máster infanto-juvenil me llamarón del Consulado de Ecuador para trabajar como psicóloga en casos de violencia de género, la verdad es que mi primer impulso fue decir ´´voy a decírselo a un profesor ´´ por miedo a no ser suficiente ante estos casos, era una responsabilidad muy grande que finalmente acabé aceptando, y que además lo compaginaba con otro trabajó que me salió en un centro de día como psicóloga, Al año me llamaron de una de las mejores empresaspara trabajar una horas de selección de personal, por supuesto dije que sí,,, el mundo de los recursos humanos siempre me llamó la atención.

Al tiempo me dijeron si quería ocuparme del dpt de rrhh que por entonces no existía y había que crearlo, era un nuevo desafío, no sabía si iba a ser capaz, pero acepté la propuesta y empezamos a trabajar, además hice un máster de recursos humanos en la escuela de negocios para poder aportar conocimientos, por supuesto tuve que dejarme el centro de día.

Con el covid, y cambio de gobierno se recortaron los presupuestos y dejé de prestar mis servicios al Consulado, y viendo que me quedaba alguna tarde libre decidí pasar consulta en una policlínica, ya que la psicología, la mente, las personas, era lo que realmente me llenaba…esa sensación y esas palabras de los pacientes cuando te dan las gracias no tiene precio.

Después de 6 años como responsable de rrhh llegó un momento que sentí que tenía que decidir si quedarme en la empresa o apostar por la psicología, fue una decisión muy importante ya que tenía una seguridad económica, había buen compañerismo, y una proyección laboral, pero la psicología, la mente, las personas es lo que realmente me hacía sentir completa.

Me hice 2 preguntas, desde mi punto de vista decisivas, una fue ¿estoy dispuesta a dejarme mi trabajo de rrhh? Y pensé, bueno,,, tendría que pensar y valorar, y la otra pregunta que me hice fue, ¿estoy dispuesta a dejarme la psicología? Y la respuesta fue que no…en ese momento supe que en algún momento tenía que dar el paso, me causó mucha tristeza dejar ese puesto de trabajo, pero sobre todo a mis compañeros que tanto me aportaron en mi trayectoria laboral y personal, sin duda uno de los mayores aprendizajes me lo ofrecieron mis compañeros.

Mis miedos fueron:

¿y si no sale bien? ¿y si no estoy a la altura? ¿y si fracaso?